El pasado lunes, 5 de mayo de 2025, marcó el cierre definitivo de una aplicación que, durante más de dos décadas, se convirtió en sinónimo de comunicación a distancia: Skype. Microsoft, la gigante tecnológica detrás de esta plataforma pionera, había anunciado su decisión el pasado mes de febrero, poniendo fin a una era que transformó la manera en que las personas se conectaban a través de internet.
Desde su lanzamiento el 29 de agosto de 2003 en Tallín, Estonia, Skype irrumpió en el panorama digital ofreciendo una innovadora forma de realizar llamadas de voz y videollamadas a través de la red. Su popularidad se disparó a principios de los 2000 gracias a la revolucionaria función que permitía a los usuarios comunicarse a nivel nacional e internacional sin incurrir en los costos tradicionales de las compañías telefónicas. Esta característica democratizó la comunicación, acortando distancias y facilitando el contacto entre amigos, familiares y colegas en todo el mundo.
La trayectoria de Skype dio un giro en 2011 cuando fue adquirida por Microsoft por la considerable suma de 8.500 millones de dólares. Bajo el paraguas del gigante de Redmond, la aplicación continuó evolucionando, aunque con el tiempo comenzó a enfrentar la creciente competencia de nuevas plataformas que surgieron con la llegada de los teléfonos móviles inteligentes. Aplicaciones como FaceTime y WhatsApp ofrecieron alternativas integradas y de fácil acceso, mientras que durante la pandemia de COVID-19, herramientas como Zoom ganaron terreno en el ámbito de las videoconferencias grupales.
Consciente de este cambio en el panorama y buscando simplificar su oferta de comunicación y colaboración, Microsoft apostó por Microsoft Teams como el sucesor natural de Skype. La versión gratuita de Teams ofrece una funcionalidad prácticamente idéntica a la que ofrecía su predecesor, incluyendo mensajería instantánea, llamadas de voz y videollamadas. Para facilitar la transición, Microsoft ha ofrecido a los usuarios la posibilidad de iniciar sesión en Teams con sus credenciales de Skype, transfiriendo automáticamente sus contactos e historiales de chat a la nueva plataforma.
En palabras de Jeff Teper, presidente de aplicaciones y plataformas colaborativas de Microsoft 365, la experiencia adquirida con Skype a lo largo de los años ha sido fundamental para el desarrollo de Teams. «Hemos aprendido mucho de Skype a lo largo de los años (y esa información) la hemos aplicado a Teams a medida que hemos evolucionado los equipos en los últimos siete u ocho años», declaró a CNBC. Teper añadió que la decisión de cerrar Skype responde a la necesidad de «ser más simples para el mercado, para nuestra base de clientes, y podemos ofrecer más innovación más rápido, simplemente concentrándonos en Teams».
Aunque el cierre de Skype marca el final de un capítulo importante en la historia de la comunicación digital, Microsoft busca asegurar una transición fluida para sus usuarios. Aquellos que deseen conservar su historial de conversaciones tendrán la opción de exportar sus datos antes del cese definitivo del servicio.
Así, con más de dos décadas a sus espaldas, Skype se despide dejando un legado imborrable como una de las primeras aplicaciones en popularizar las llamadas de voz y video a través de internet, allanando el camino para las numerosas herramientas de comunicación a distancia que utilizamos hoy en día. Su espíritu innovador perdurará en Teams, la plataforma que ahora toma el relevo en la búsqueda de conectar a las personas en un mundo cada vez más digital.